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Toda empresa tiene un funnel de ventas, estructurado o no. Lo importante es tenerlo perfectamente definido para obtener información valiosa sobre el proceso de ventas de la empresa, pero ¿cómo sabes si tu funnel de ventas está optimizado?
Un funnel o embudo de ventas es la representación visual de las oportunidades que pasan de una fase del proceso a otra, y las tasas de conversión correspondientes.
El proceso de compra de un usuario consta de distintos pasos o fases en los que se va focalizando su intención de compra. El funnel de ventas o embudo de ventas se ocupa de identificar esas fases y de determinar las estrategias que se llevan a cabo en cada una de ellas, desde que el cliente se entra en contacto con el negocio hasta que realiza una compra efectiva.
A pesar de que el objetivo final del funnel de ventas es cerrar una transacción, cada una de las fases que lo conforman tiene relevancia, por lo que cada vez que se completa una se puede denominar microconversión. En el momento en que se consigue una, las probabilidades para llegar hasta una conversión final son mayores.
Lo realmente importante de este embudo de ventas o funnel de conversión es que permite identificar qué es lo que está fallando en cada momento. Si en una fase, observamos que el abandono de la transacción tiene unos datos mayores a los deseados, nos está indicando claramente que hay que introducir mejoras para minimizar el abandono en esa etapa.
El reto que plantea un funnel de ventas es que la mayor parte de las personas que se han puesto en contacto contigo interesándose por tus productos o servicios lleguen al final del embudo y realicen una acción: esta es la compra. De ahí la importancia de ir acompañando al cliente en cada etapa.
Captación: primero el cliente se pone en contacto con la empresa, ya sea gracias a haber sido atraído con algún tipo de publicidad o de un modo espontáneo. Es el momento en el que se conoce y se inicia la relación entre las dos partes (necesidades de compra).
Prospecto: todos los contactos o leads que han entrado en el embudo de conversión en la fase anterior se identifican para ser conscientes de cuáles son aquellos en los que realmente vale la pena aplicar las estrategias comerciales.
Oportunidad: de los prospectos identificados como interesantes (clientes potenciales), algunos de ellos mostrarán interés en tus productos o servicios: ha surgido la oportunidad de venta.
Calificación: en esta etapa del funnel ya se califica al cliente en función de sus intereses, por lo que sabemos qué producto o servicio es el que está dispuesto a adquirir.
Cierre: el cliente inicia el proceso de compra, por lo que se produce el cierre de la venta (éxito).
A las distintas etapas del proceso se las puede dividir también de la siguiente manera: MOFU, TOFU y BOFU, haciendo referencia a top, middle o bottom del funnel de ventas)
Después de conocer las etapas del funnel de ventas, vamos a ver los aspectos más comunes en los que se falla para que puedas encontrar respuestas y optimizar tu propio embudo.
Por la importancia que tiene la cualificación de los leads, vamos a dedicarle un apartado entero al ser uno de los puntos que normalmente se dejan más de lado en la optimización del funnel de ventas. Los dos modos de gestionar los leads que vamos a ver son complementarios, de forma que se deben aplicar a la vez.
Se basa en el estudio del comportamiento del lead para poder asignarle un valor potencial. De este modo, se clasifican los contactos en función de los que están listos para iniciar el proceso de compra o no, esto permite al equipo comercial ahorrar tiempo y dedicar los máximos esfuerzos a aquellos que tienen más claro la realización de la conversión. Hay muchas herramientas en el mercado que clasifican los leads de un modo automatizado y ahorran mucho tiempo.
En el caso de que el lead no esté muy maduro, se gestiona siguiendo una estrategia lead nurturing con la que se busca su futura conversión. Se trata de conseguir que el lead obtenido previamente acabe convirtiendo a través de una serie de acciones que lo consiguen en el menor tiempo posible. Se busca aumentar su interés por el negocio creando un vínculo de confianza entre la empresa y el interesado.
Por último, el comportamiento del funnel de ventas no tiene una fórmula mágica, por lo que es importante revisarlo cada cierto tiempo e ir ajustándolo. De hecho, hay muchos factores a tener en cuenta: cambios en los hábitos de consumo de los visitantes, aumento del número de nuevas tecnologías, aparición de productos sustitutivos, contenidos mucho más personalizado (anuncios, marcas), entre otros. Por eso, la optimización del embudo de ventas debe guiarse por una política de mejora continua.
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